La Tierra (de Terra,
nombre latino de Gea,
deidad griega de la feminidad y la fecundidad) es un planeta del Sistema Solar que gira alrededor
de su estrella en la tercera órbita más interna. Es el más denso y
el quinto mayor de los ocho planetas del Sistema Solar. También es el mayor de
los cuatro terrestres.
La
Tierra se formó hace aproximadamente 4530 millones de años y la vida surgió unos mil millones de años después. Es el
hogar de millones de especies, incluyendo los seres humanos y actualmente el único cuerpo astronómico donde
se conoce la existencia de vida. La atmósfera y otras
condiciones abióticas han sido alteradas
significativamente por la biosfera del planeta, favoreciendo la
proliferación de organismos aerobios, así
como la formación de una capa de ozono que junto con el campo magnético terrestre bloquean
la radiación solar dañina,
permitiendo así la vida en la Tierra. Las propiedades físicas de la Tierra, la historia geológica y su órbita han permitido que la vida siga
existiendo. Se estima que el planeta seguirá siendo capaz de sustentar vida
durante otros 500 millones de años, ya que según las previsiones actuales,
pasado ese tiempo la creciente luminosidad del Sol terminará causando la
extinción de la biosfera.
La Luna es el único satélite natural de la Tierra y el quinto satélite más grande del Sistema Solar. Es el satélite natural más grande en el Sistema Solar en relación al tamaño de su planeta, un cuarto del diámetro de la Tierra y 1/81 de su masa, y es el segundo satélite más denso después de Ío. Se encuentra en relación síncrona con la Tierra, siempre mostrando la misma cara a la Tierra. El hemisferio visible está marcado con oscuros mares lunares de origen volcánico entre las brillantes montañas antiguas y los destacados astroblemas. A pesar de ser el objeto más brillante en el cielo después del Sol, su superficie es en realidad muy oscura, con una reflexión similar a la del carbón. Su prominencia en el cielo y su ciclo regular de fases han hecho de la Luna una importante influencia cultural desde la antigüedad tanto en el lenguaje, como en el calendario, el arte o la mitología. La influencia gravitatoria de la Luna produce las corrientes marinas, las mareas y el aumento de la duración del día. La distancia orbital de la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que tenga en el cielo el mismo tamaño que el Sol, permitiendo a la Luna cubrir exactamente al Sol en eclipses solares totales
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